6/12/10

MOSTAZA DE DICIEMBRE

El Grano de Mostaza

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Año 13 Nº 156 Diciembre 2010 Alcira y Tony López
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Revelación y Experiencia Verdadera

Decir que todo lo que necesitamos nos llega a través de Cristo, de pura gracia, aunque verdad, puede parecer un poco irreal. ¿Cómo se llega a realizar en la práctica? ¿Cómo viene a ser real en nuestra experiencia?
Si preguntamos a un grupo de creyentes que han entrado en la vida cristiana normal, sobre cómo lle¬garon a esa experiencia, algunos contestarán que fue de una manera, otros de otra. Cada cual acen¬túa su propia manera de entrar en esa vida y cita versos bíblicos que apoyan lo que experimentó. Lamentable es que muchos usan sus experiencias y sus citas especiales en contra de otros creyentes. El hecho es que mientras que los creyentes puedan entrar en la vida más profunda por varios con¬ductos, no es necesario que consideremos las experiencias o doctrinas que presentan como en pugna entre sí, sino más bien como complementos una de la otra.
Una cosa es cierta que toda experiencia de valor para Dios tiene que haber sido alcanzada por medio de un nuevo descubrimiento del significado Revelación y Experiencia Verdadera de la Persona y de la obra del Señor Jesús. Esta es una prueba crucial y segura. Veremos cómo Pablo hace que todo dependa de tal descubrimiento.
A medida que estudiamos los capítulos 6,7 y 8 de Romanos encontraremos que las condiciones para vivir la vida cristiana normal son cuatro: (1) saber, (c) contar, (3) presentarse a Dios, y (4) andar en el Espíritu; y se dan en ese orden. Si queremos vivir la vida cristiana normal tendremos que dar estos cuatro pasos; no uno ni dos, ni tres de ellos, sino los cuatro. Mientras vamos estudiando cada uno de estos pasos confiemos en que el Señor por medio de su Santo Espíritu nos ilumine el entendimiento, y busquemos su ayuda ahora para tomar el primer gran paso hacia adelante.

Este es un extracto del libro: “La vida cristiana normal” De W. Nee. Un manual para quienes necesiten fundamento sólido en la fe.

SUGERENCIA PARA EL VIAJE

1º ¿Dónde vas? ¿A cuánto vas? Tendríamos que regular la velocidad en relación a donde vamos. Muchos cometen el error de ir de vacaciones como si fueran a apagar un incendio. Esta es la manera de incendiar las vacaciones.

2º Ir ligero promete llegar antes, pero, ¿Llegar dónde? Los que van despacio tienen tiempo para pensarlo; pero los que corren mucho ni saben donde se dirigen.

3º La vida es un viaje de ida solamente; y esto implica que pasamos una sola vez por cada lugar; en este caso, los que van mas despacio, aprovechan mas las oportunidades, pues muchas no están a la vista.

4º Nos cansamos por llevar mucho más de lo que necesitamos; sería sabio deshacernos de casi todo lo que no hemos utilizado en estos últimos cinco años.

5º ¿Por qué se nos van acumulando tantas cosas en nuestro viaje? ¿Será porque lo material nos interesa más que lo espiritual?

6º Tenemos una fascinación por las cosas que están allá lejos, y casi un menosprecio por las que tenemos tan a mano; esto hace que busquemos allá lejos lo que tenemos tan cerca.

7º La vida es mas bella cuando se la toma como un viaje sin apuro, y se la disfruta a cada paso.
T.L.


Conocer a un hombre del siglo V por sus confesiones y su vida de oración: San Agustín

Agustín de Hipona (354-430 d.C.) fue un hombre que buscó la verdad y el sentido de la vida. Se esforzó mucho recorriendo diferentes caminos. Su alma no tuvo descanso hasta que encontró su descanso en Dios. En sus Confesiones, una obra escrita hace más de mil quinientos años, podemos encontrar una adecuada inspiración para la reflexión sobre nuestras propias vidas, y una posibilidad de autoanalizarnos para lograr la sanidad interior que necesitamos. Durante varios milenios, la oración ha sido el medio eficaz que han utilizado los creyentes, no sólo para acercarse a Dios, sino también para enriquecer su vida interior y sanarla de toda dificultad. Ése es el caso de San Agustín. Por eso vamos a reproducir una oración que aparece al final de sus Confe¬siones, con la esperanza de que cada uno de los que lean este capítulo se identifíquen con los sentimientos que expresa y encuentren ayuda para su crecimiento personal en Cristo:
Las Confesiones de San Agustín es el primer libro en el cual un cristiano intenta conocerse a sí mismo mediante el auto-análisis. La obra está dividida en trece libros que están presentados como oraciones dirigidas a Dios. Los primeros nueve son realmente confesiones. En ellos, el autor narra su vida desde su tierna infancia hasta la muerte de su madre, y es allí donde mejor podemos ver el alma de San Agustín, puesto que habla de sí mismo con una sinceridad asombrosa. No puede hacerlo de otra manera, porque se está dirigiendo a Dios. Generalmente eso es lo que hacemos cuando oramos, pero no es fácil ponerlo por escrito para que lo lean los demás. En los Libros 10 y 11, Agustín reflexiona sobre la posibilidad de acercarse a Dios a través de la memoria, y medita acerca del tiempo. Los dos libros finales están dedicados a reflexiones sobre el libro del Génesis.

Vamos ahora a colocar al autor de las Confesiones en el momento histórico en que escribió y expresó su fe. Nació el 13 de noviembre del año 354, en Tagaste, hoy llamada SoukAhras, ciudad de la antigua Numidia, actual Argelia, en el norte de África. Su madre, Mónica, era cristiana, y su padre, pagano. Agustín formó pareja con una mujer cartaginesa cuyo nombre se desconoce. De esta unión, en el año 372, nació Adeodatus, nombre que en latín significa «regalo de Dios». Éste fue su único hijo. San Agustín fue un padre soltero.


ESTO ES LO QUE SOMOS

Cuando nos quedamos con las ganas de decir lo que hemos pensado, seguramente lo vamos a decir en otro formato: Con silencios, gestos, formas de trato, etc. Difícilmente nos quedemos callados. También suele pasar, y esto es lo más común, que lo decimos a otras personas; de esta manera la persona indicada también se entera, pero pasamos por cobardes. De todas maneras lo que pensamos lo decimos, sea con hipocresía o en forma directa, el pensamiento nuestro siempre está expuesto, especialmente a las personas que saben observar (si bien éstas no son muchas).
Pero lo pensado no solo sale a luz en palabras, también se evidencia en hechos concretos. Salomón dice: “Tal cual como es el pensamiento en el corazón del hombre, tal es él (Proverbios) La esencia nuestra no se retraza en salir a la luz, no puede ser de otra manera. Somos lo que somos y así vamos por la vida. Hacemos, algunas veces, grandes esfuerzos por ser diferentes, pero siempre volvemos a lo que somos. Mostramos diversas apariencias, pero al fin volvemos a lo que somos.
¿Qué hacemos con eso tan fuerte que somos?
Vayamos a Dios con eso que somos, El ya lo sabe, y también sabe qué hacer con nosotros; SABE ACEPTARNOS, CAMBIARNOS Y UTILIZARNOS. PUES TODAS LAS COSAS SON POSIBLES PARA DIOS.
T.L



El viento
El viento soplando afuera,
Corriendo en su libertad,
Dueño y señor de la calle
Amigo de andar y andar.
El viento soplando afuera,
Dele pasar y pasar.

Como el viento mucha gente
En este mundo sin paz,
Con cargas de todo tipo
Corren de acá para allá.
Como el viento también corren
Pero sin su libertad.

Señor que mandas al viento
En tu buena voluntad
Manda palabras de aliento
Que el viento sabrá llevar
Al corazón angustiado
Que ya sin fuerzas está.

T.L.

En esta era de tantas palabras y tantos medios para expresarlas, es también la era de la angustia, la soledad, la tristeza y la desesperanza ¿Cuál es la razón? Es por tanta palabrería hueca y sin sentido; cualquiera opina, cuestiona o afirma. Todos tenemos acceso a decir, pero acceso a la verdad y el poder de la palabra es otra cosa. Por eso pedimos al que manda al viento, que también mande su Palabra.


COMO CONOCER AL HOMBRE

Conocer al hombre es vital para el obrero cristiano. Cuando alguien viene a nosotros debemos discernir su condición espiritual. Debemos determinar si ha dicho lo que realmente está en su corazón y cuanto ha dejado de decir. Aún más, deberíamos percibir sus características: Si es duro o humilde, si su humildad es verdadera o falsa. Nuestra efectividad en el servicio está íntimamente relacionada con el discernimiento de la condición espiritual del hombre. Si el Espíritu de Dios nos capacita a través de nuestro espíritu para conocer la condición de la persona frente a nosotros, entonces podemos impartir la palabra apropiada.
En los evangelios encontramos que cada vez que los hombres venían a nuestro Señor, El tenía la palabra adecuada. Esto es algo maravilloso. El Señor no habló a la mujer samaritana acerca del nuevo nacimiento, ni le contó a Nicodemo del agua viva. La verdad del nuevo nacimiento fue para Nicodemo, mientras que la verdad del agua viva fue para la mujer samaritana. ¡Cuan apropiadas eran! Aquellos que no lo habían seguido eran invitados a venir; pero aquellos que deseaban seguirlo eran invitados a llevar la cruz. A uno que se presentó como voluntario, le hablo de hacer cuentas del costo; mientras al que vacilaba, le dijo: “Deja que los muertos entierren a sus muertos”. Las palabras de nuestro Señor eran de lo más apropiadas, pues él conocía a todos los hombres. Nuestro Señor sabía si ellos venían como buscadores sinceros o meramente como espías; y lo que él les decía era siempre acertado. Dios tenga misericordia de nosotros para que podamos aprender de El a conocer al hombre y para que seamos efectivos al tratar con las personas.

Tomado de: “La liberación del Espíritu” de W. Nee

Nuestro comentario: Las personas no son creaciones en serie, para las cuales solo hay una forma de tratarlas y aconsejarlas. La variedad de seres y sus problemáticas es inmensa. Hoy tenemos jóvenes con problemas de identidad, y viejos que han quedado fuera del sistema. Unos necesitan saber quienes son, pero los otros necesitan ayuda para ser integrados; y no los sirve una receta, sino tener un verdadero interés para tratarles como a personas, no muñecos es serie.

Y esto es todo por este mes y este año. Si Dios quiere, el próximo será el año 14 del Grano de Mostaza. Gracias a todos aquellos que con su anuncio han hecho posible tantas publicaciones con tantos pensamientos y reflexiones.
Felicidades y buen fin y comienzo del nuevo año.

Tony y Alcira López