26/6/12



PARABOLA DE UNA FOTO

 Es extraordinariamente rico y tierno lo que esta imagen puede llegar a comunicar. Confieso que solo tengo un sentimiento y alguna que otra idea suelta. Comienzo a escribir como quien sale a caminar sin rumbo, pero con el corazón tocado por lo que veo. Así que allá vamos: Yo sobre el teclado emocionándome ante cada pensamiento que viene y la alegría de darle forma en palabras. Y vos (amigo lector) con todo lo que tu corazón pueda captar y sentir… leyendo lo que sigue.

 Miro la imagen una vez mas, como un nuevo paso en la caminata.

De repente veo sobresalir siete partes que se destacan en la foto. Apenas he caminado unos metros y ya tengo un rumbo a seguir; no siempre es así, pero sí a veces. Salimos sin nada y el andar relajado es como una ventana abierta por donde vienen volando y entran los pájaros de la inspiración.

Comenzaré por la parte de mas atrás y vendré hacia delante.

 ¡Miren allá en el fondo el cielo celeste con algunas difusas nubes!!

 El cielo siempre le da perspectivas a todos los paisajes; un paisaje sin cielo está incompleto. Así una vida sin cielo es una vida limitada a solamente lo cercano del momento; es una vida sin trascendencia, sin esperanzas y sin belleza. Pero el cielo es la esperanza mas allá de la misma muerte que nos asecha a cada paso. Si no hubiera cielo, la muerte terminaría con todo, pero gracias a Dios hay cielo. Y allá está nuestra definitiva y eterna morada, cuando esta corta y tantas veces penosa existencia, ya no sea mas aquí. La esperanza en el cielo venidero hace que enfrentemos toda la vida en la tierra con renovadas fuerzas y entusiasmo y fe.

 El montecito de tamariscos

 Los árboles están entre los mejores amigos del hombre, nos prodigan innumerables servicios y beneficios. Son la sombra fresca donde hacemos un alto para descansar un día caluroso. Así mismo sus astillas calientan nuestro hogar (especialmente en el campo) esos fríos días del invierno. Las brazas encendidas cocinan la carne de los sabrosos asados. Son los árboles los que proveen la madera para la mayoría del mobiliario que hace cómoda nuestra vivienda. Una guitarra criolla nos provee la mas linda música de nuestro folklore. Tendría mucho mas para decir; pero solo diré que los árboles son el lugar donde subimos a jugar en la niñez, besamos por primera vez en la juventud, cortamos fruta en la edad adulta, meditamos bajo su amparo en la ancianidad. Y por último son la caja donde se deposita nuestro cuerpo cuando el alma entra en la eternidad. Sí, son los árboles muy significativos en la vida; ellos, con su compañía silenciosa, nos hablan con mucha claridad y sabiduría a todos quienes disponemos el oído para escuchar. El árbol es un excelente predicador a quien debiéramos prestar mas atención. El árbol es un excelente ministro de Dios.

Y allí están los tamariscos de la foto dándonos este y otros muchos consejos, según las ganas que tenga el lector de querer escucharlos.

Un pedacito del campo

 Luego sigue ese pedacito de campo donde los árboles están arraigados, ese pedacito de tierra que compone el campo. Un poco de pasto cubre una capa de tierra negra y fértil. Si escarbamos quizá solo unos cincuenta centímetros sea de tierra negra, luego vendrá arenilla y mas abajo tosca dura. Gracias a esa capa de tierra negra el campo produce alimentos para el mundo entero. Allí está el pan en el trigo, la carne en el pasto para las vacas y hasta el vino de las uvas que nacen en las viñas. Ya tenemos el asado criollo; y si queremos la ensalada, también la lechuga y las papas nacen de la tierra. Si nos agradan los huevos duros en la ensalada; sepamos que estos son el producto de las gallinas que se alimentan de maíz. Todo saldrá de esa capa de cincuenta centímetros de tierra negra, esa que abunda en el campo. Y mas todavía, nuestro mismo cuerpo es de tierra y agua.

Si giramos un poco, el campo inspira, con su silencio, nuestra meditación (casi imposible entre el tumulto y barullo de la ciudad). Pero en el campo uno siempre se inspira: El sonido Sueve del viento, el mugido lejano de la hacienda, el silbo de las perdices al atardecer, el grito de los teros a cualquier hora que se vean amenazados. La puesta de sol cuando algunas nubes se atraviesan, o el amanecer de un cielo sin nubes. Todo es bello e inspirador en el campo.

Pero no debemos olvidar el duro trabajo en el campo. Esto nos habla del esfuerzo y la responsabilidad. Toda la humanidad sería distinta si hubiera mas paisanos de bombachas, y menos tipos de traje y portafolio. Porque al fin y al cabo, el tipo del portafolio es el que paga con monedas todo el esfuerzo del chacarero; y cobra un altísimo precio que le hace redoblar el esfuerzo a los del pueblo. Olvidándose (el del portafolio) que sobre la misma tierra será sepultado y nada podrá llevarse. Mientras tanto es motivo de dolor al que produce y al que consume.

Cuánto nos hace falta aprender la lección de la tierra, que, a pesar que la pisoteamos todo el tiempo, todo el tiempo continúa produciendo el alimento que sustenta nuestra vida.

 Una majadita de ovejas

 Las ovejas que vienen de frente le brindan a la foto un toque especial. Basta pensar en una oveja para que la ternura y la mansedumbre se hagan presentes en el pensamiento y el sentir; (y en el gusto un asadito de cordero).

La carne de la oveja era y debe ser siendo muy común en el campo. Digo era, porque una oveja o cordero no requería de mucho tiempo para comerse, no así una vaquillona; pero hoy con los aparatos para conservar la carne no es lo mismo que en los tiempos que solo se contaba con una fiambrera de alambre tejido (por si las moscas).

Pero la oveja nos provee alimento en dos direcciones: Una la estomacal, para el sustento del cuerpo. La otra apunta a lo espiritual. Juan el Bautista dijo de Jesús: Ha aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. “Lo quita” es mas que lo perdona. Jesús hace que el pecado de una persona, o toda una vida de pecados, desaparezcan totalmente y no sean jamás hallados.

Por su parte el profeta Isaías dijo de Jesús: Como cordero fue llevado al matadero y no abrió su boca. Vaya si será representativo el cordero, al no hallarse otro animal mas manso para ejemplificar al Hijo de Dios, pagando por nuestras culpas, bien calladito la boca.

Y algo mas de las ovejas. El pueblo de Dios se compone de ovejas que oyen la voz del Pastor Jesús y le siguen, y le siguen porque oyen su voz y le conocen. Así vemos en la foto a las ovejas siguiendo al hombre con el niño ¡Hermoso cuadro de guía y sustento¡

El niño y el hombre

Así llegamos al punto (a mi entender) clave de la foto: Las personas. Aunque nos gustan los paisajes y el colorido, esos paisajes están completos cuando hay personas que le dan vida y dimensión. A esta parábola le faltaría mucho, si la foto careciera de personas y en especial de un hombre grande y un niño pequeño, como bien se puede observar. Una varilla de alambrado mide más o menos un metro veinte, y apenas parece sobrepasar la mitad del hombre, que debe andar cerca de los dos metros y el niño más o menos andará por el metro.

El niño y el hombre nos muestran el ciclo de la vida; el hombre va terminando lo que el niño empieza a empezar. Por eso uno lleva la cabeza levantada mientras el otro la cavaza agachada; uno comienza el otro va terminando.

Nos hace falta con urgencia que los niños vean un tarro vacío en nuestra mano izquierda mientras les llevamos de la mano con la derecha, hasta que puedan valerse por si mismos. Este tipo de escenas será una lección para toda la vida, y hará que cuando los mayores ya no estemos, sigan sintiendo aquella mano cálida, que al paso de los años nunca fue olvidada. Amigos míos, son las acciones amorosas de los padres y abuelos, el mensaje mas contundente que un niño recibe. Y a su vez, son las palabras piadosas unidas a los  malos ejemplos lo que más daña a un hijo, al que mal llamaremos rebelde cuando ha crecido; al fin y al cabo solo ha seguido el rumbo que le hemos marcado.

¿Y que del tarro vacío? Seguramente el tarro estaba lleno cuando iban, y llevaba alimento a las ovejas. Ahora, vacío, representa que ha saciado el hambre de los animales, esto es una lección, significa que hemos de alimentar a quienes luego nos han de alimentar; hemos de dar si pretendemos recibir. Enseñar y aprender esta lección, nos será de beneficio para toda la vida.

El Alambrado divisorio

Al fin llegamos al alambrado. Lo primero que se observa en la foto es lo último que tratamos.

El alambrado marca el fin de un campo y el comienzo del otro. Un campo sin alambrado, hoy día sería un desorden; los animales arruinarían los sembrados y aún se perderían de los dueños. El alambre selecciona los distintos cuadros del campo, cada uno para su propósito; sea la siembra, pastizales para el ganado o potrero para la cría del ganado.

La vida de las personas se compone de muchos alambrados. Están los que dividen a los ricos de los pobres, los buenos y los malos, los alambrados de las razas, las culturas, así se pueden enumerar muchas cosas separadas por alambrados. Pero quisiera destacar un alambrado importante: El que divide la vida de la muerte. Pasamos al otro lado cuando se termina nuestro tiempo en la tierra. Nadie sabe cuando llegará este momento, pero ese momento nunca deja de llegar en la vida; es algo que todos debemos enfrentar algún día. Es muy significativo que tanto el hombre como el niño están cerca del alambrado, pues no hay una edad determinada para cruzarlo. Y, ese alambrado siempre parece estar cerca de nosotros.

Lo maravilloso es que también Dios esta cerca de nosotros. Nuestra esperanza consiste en que no cruzaremos solos el último alambrado. Dios está con nosotros, y estará para siempre.

Estas fueron las ideas que inspiraron en mí, la buenísima foto del comienzo.

Mar de Plata 26-6-2012    Tony López






23/6/12

Este pasillo contra la pared va a mi taller de artesanías. Aquí suelo matear temprano las mañanas de verano; he pasado hermosisimos momentos con mi Biblia, he leído libros, he disfrutado y he orado (algunas veces con angustia). Lo cierto es que los tiempos han volado, pero Dios ha sido siempre fiel. Gracias a Señor por este sitio en mi casa, porque representa un altar muy bello para mi. Una vez mas... Gracias!!!

21/6/12


EL GRAN ERROR

Antes de que se produjera un cambio en la iglesia, todos los creyentes estaban a cargo de los asuntos del Señor. Pero, después de los tiempos en que vivieron los primeros apóstoles, esto comenzó a cambiar: las personas comenzaron a perder interés en servir al Señor. Cuando surgió la Iglesia Católica Romana (en los tiempos de Pérgamo), eran muy pocos los que verdaderamente eran salvos, pero eran muchos los que se habían bautizado; por ende, los incrédulos comenzaron a invadir la iglesia. Entonces, surgió “el clero”. Puesto que en la iglesia había muchos miembros que no eran personas espirituales, ¿qué se podía hacer? Pedirle a esos miembros que dejaran los libros de contabilidad para dedicarse a estudiar la Biblia y predicar, no habría sido lo más conveniente; así que se buscó un grupo de personas que se hiciese cargo de los asuntos espirituales mientras que los demás podían dedicarse al trabajo secular. Por tanto, es así como surgió, en contra del deseo de Dios, “el clero”. Dios desea que todos los que realizan un trabajo secular se encarguen también de los asuntos espirituales.

En la Iglesia Católica Romana, la distribución del pan, la imposición de las manos, los bautismos, etc. son llevados a cabo por los sacerdotes católicos; incluso las bodas y los funerales tienen que ser realizados por el “clero”. En la iglesia protestante hay pastores. Si uno está enfermo, llama a su médico; para un litigio, llama a su abogado; y para asuntos espirituales, llama a su pastor. ¿Y qué acerca de nosotros? Los creyentes en general podemos dedicarnos a las labores seculares sin que nada nos distraiga. Sin embargo, recordemos que, en el taoísmo, los sacerdotes cantan las liturgias para el pueblo; y en el judaísmo, los sacerdotes administran los asuntos divinos en beneficio de los hombres. Pero en la iglesia no debe existir una clase mediadora, pues todos somos sacerdotes.


Tomado de “La ortodoxia de la Iglesia” W. Nee