10/4/10

CRISTIANISMO, NO RELIGIOSIDAD

Los enemigos de Jesús fueron los religiosos de su tiempo y los de todos los tiempos; la religiosidad vacía es lo más perverso que pueda existir.


La religiosidad impone sentimientos que el corazón nunca siente, pero nunca le ayuda a sentir lo que debiera. La religiosidad impone deseos que el corazón nunca desea y lo maltrata por no tener esos deseos pero jamás le ayuda a desear lo que debiera. Y también la religiosidad impone obras que el corazón nunca quiere hacer, pero las lleva a cabo por miedo al juicio y la condenación. De esta manera la religiosidad es asesina del amor; no debe existir alguien mas desamorado que un religioso recalcitrante.


La buena noticia del cristianismo es que Cristo vino a liberarnos de la religiosidad y las apariencias con que la religiosidad se nutre. Cristo nos propone una vida autentica sin imposiciones; una vida libre de tener que sentir lo que no se siente ni realizar lo que no se desea. Jesús produce el querer como el hacer, no por fuerzas, sino por su amor. Una vida que siente y goza el sentir.


La religiosidad pretende disciplinar el corazón, pero Jesús vino a transformar el corazón. La religiosidad impone por las fuerzas y se vale del temor, Jesús sabe hacer sentir el verdadero deseo por su amor.


Las enseñanzas de un fariseo son cargas que oprimen, maltratan y condenan. Jesús vino a liberar a los cautivos.



T.L.

1 comentario:

  1. Muy bueno, Tony. Suscribo cada palabra de lo que decís.

    Es un placer poder reencontrarte en la distancia, después de tantos años.

    Un abrazo,

    Yayo (Jorge Betania)
    Madrid, España

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