¿QUE SIGNIFICA ADORAR?
Un año más se nos escapa como agua de entre las manos, nunca la vida ha
sido tan breve como en estos tiempos; pero no solo es breve la vida, sino
también desvalorizada, mal empleada y no tenida en cuenta. “El tiempo vuela,”
decimos, pero no advertimos que es la mismísima vida la que se nos vuela.
¿Cuánto valoriza su vida ese fumador empedernido que prende un pucho tras otro?
¿Cuánto vale para el insaciable que se come todo? ¿Cuánto vale la vida de quien
pasa horas degradándose a si mismo con la pornografía que ofrece Internet? ¡Ojo,
hay muchas maneras de manifestar que la vida no vale un comino!! A menudo se
dice que la vida no vale ni un celular o un par de zapatillas, ya que te pueden
matar por esos objetos. ¿Pero cuál es el valor que le damos nosotros a la vida?
Vos y yo?. Le daremos a la vida un valor que siempre esta íntimamente
relacionado con el valor que les damos a las demás cosas; siempre es así. Por
ejemplo a medida que más valen las cosas, menos es el valor que se le da a la
vida. ¡Cuidado! Esto es muy sutil; el ambicioso que expone su salud en busca de
aumentar sus posesiones, bueno, ya sabemos donde está su valor primario. La
señora o señorita, que no come lo suficiente por cuidar su silueta, esta
revelando donde está su valor. Y el cristiano que hace o deja de hacer por
guardar una apariencia, también esta diciendo cual es su valor.
¿Qué es lo que demuestra que la vida vale en realidad? Bueno, el que
valora su vida no necesita mostrarlo, quiero decir, esto no se lo propone, esto
sale a la luz en el cotidiano vivir. La vida de esta persona es mesurada,
equilibrada, prudente; esto está incorporado, no necesita proponérselo.
Esta persona que valora su vida, valora también la vida de su prójimo, es
la vida en general lo valorado. Pero hay una cosita más: Valorar la vida es la
primera y principal adoración a Dios; adorar jamás ha estado divorciado del
diario vivir (quiero decir: De la calidad con que se vive diariamente). No
tiene ningún valor adorar por medio de una postura, si la misma vida no está
bien puesta en los asuntos de todos los días. El primer acto de adoración es la
honra que le damos a Dios por la manera en que nos conducimos.
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