ESE IMPREDECIBLE JESÚS

Es notable en el Nuevo Testamento ver a Jesús actuar en forma extraña; hizo muchas sanidades sin seguir un patrón o fórmula: Algunas veces solo daba una orden, en otros casos tacaba al enfermo; también sanó a otros a la distancia, hizo barro con saliva y untó los ojos de un ciego, metió el dedo en el oído de un sordo, y hasta esperó que Lázaro muriera para resucitarlo. Algunas personas quisieron seguir a Jesús pero él no se los permitió y llamó a otros que le siguieran. Cuando eligió a sus apóstoles incluyó a Judas y no a Natanael del cual dijo que era un verdadero israelita en quien no había engaño. Jesús también llamó bienaventurados a personas que no podrían ser llamadas así por el común de la gente. Su primer milagro registrado fue convertir agua en vino, aunque hoy sea pecado para muchos, tomar vino.
Jesús fue amigo de pecadores, se juntaba y comía con ellos; esto le costó el menosprecio de los líderes de la religión oficial de sus tiempos.
Sabiendo Jesús que Pedro lo negaría, no obstante lo perdono antes que Pedro cometiera el pecado ¿Suena raro no?
Jesús no les respondió preguntas al rey Herodes ni al gobernador Pilato, pero se detuvo a conversar con la mujer samaritana. Es un proceder muy extraño de uno que vino a comunicar el mensaje del reino de los cielos ¿Qué ministro hoy día menosprecia una audiencia con cualquier político, aunque sea de cuarta?
En el libro de los Hechos cap. 8 hallamos otra forma bastante extraña del proceder del Señor: Felipe está teniendo una campaña muy exitosa, milagros sanidades, liberación. Pero el Señor le dice a Felipe que deje ese lugar y vaya al desierto. Allí se encuentra con un etíope que viene en un carruaje leyendo al profeta Isaías. Y Felipe tiene la sencilla tarea de explicarle lo que ese pasaje está diciendo sobre Jesús.
Tengo poco espacio para concluir, pero alcanzará. Jesús nunca estuvo, ni cabe en ningún molde, ni encuadra en modelos. Cuando le sigamos de verdad, nuestras vidas y nuestras reuniones dejarán de ser ruidosas, vacías y estandarizadas. Porque somos llamados a seguir a Jesús, mientras El hace, no nosotros.

Tony López