8/6/10

EXAMINE Y DESPUES ME CUENTA

El hombre religioso ha codificado muchas de las palabras de Cristo y los apóstoles convirtiéndolas en rígidas doctrinas, normas y reglas que se han convertido en letra muerta. Los judíos tomaron las palabras de Moisés y de los profetas que indicaban el camino hacia las aguas vivas del Espíritu y del Mesías, y se quedaron enganchados en las interpretaciones de la letra. Pasaron por alto al Mesías absolutamente. Desde los días de los apóstoles, los “líderes” cristianos han estudiado las palabras de estos hombres y de Cristo y pasaron por alto su Fuente de Aguas Vivas. En su lugar, construyeron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.

“Si Eva no hubiera deseado otro conocimiento que no fuera el de Dios, el paraíso habría seguido siendo la morada de ella y de su descendencia. Si los cristianos no hubieran deseado otro conocimiento sino que el surge solo de la inspiración del Espíritu Santo, la Iglesia habría sido un reino de Dios y de comunión de los santos hasta este día. Los Cristianos no habrían conocido a otro señor sino a Cristo, ni tampoco se habría considerado como medio de salvación posible ninguna otra cosa que no fuera la muerte al yo para que Cristo hubiera sido formado en nosotros, convirtiendo en hijos de Dios a los hijos caídos de Adán.
(William Law)
NUESTRO COMENTARIO: Esto que nos dice LAB nos suena un tanto extraño en estos días cuando la fe cristiana está impregnada de humanismo, exitismo, materialismo y donde el hombre, y no Dios, es el centro. Notemos la frase: “Si Eva no hubiera deseado otro conocimiento que no fuera el de Dios”. ¿Cuántos conocimientos ajenos al conocimiento de Dios se han infiltrado sutilmente? ¿Dónde nos están conduciendo esos conocimientos?
Hagamos la prueba de poner conceptos sicológicos frente al mensaje de la cruz y al poco andar, sin necesidad de mucho discernimiento, veremos que ambos mensajes son opuestos. Solo pensemos en un ejemplo: El famoso texto de Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Esto es tomado para alcanzar metas y hallar la realización personal. El que sigue adelante en este camino no tarda en pensar que Dios es su sirviente para alcanzar objetivos (no importa si esos objetivos son “ganar” la ciudad para Cristo). Solo basta que surja del hombre para que sea contrario al plan de Dios. Porque la propuesta de Jesús es: “Tome su cruz y sígame” y seguir a Jesús no es una conquista externa, sino una rendición interna y un negarse al yo. Los hombres “importantes” siempre tienen su escenario en el mundo, nunca en el reino de Dios.

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