4/5/10

UN FORMATO EXTERNO ES INÚTIL SIN

La hipocresía consiste en una demostración exterior de algo que se contradice en lo interior. La hipocresía es la habilidad de hacer aparentar lo corrupto como sagrado. En una sociedad que solo se interesa por las apariencias, siempre queda bien una mano de barniz, que haga brillar por un momento a una madera hecha corcho por la corrupción (Mírame y no me toques).
El formato externo debería estar acorde con la actitud interna, a eso se le puede llamar verdad, andar en la verdad. Porque la gran mentira no es la que pronuncian los labios y la lengua, sino esa incoherencia entre lo que se es y lo que se quiere demostrar. Cuando una persona es integra no tiene diferencia entre su interior y su exterior; cuando una persona es hipócrita hay un divorcio entre sus hechos externos y su interior. La hipocresía es la mejor manera de ser incrédulo, el hipócrita no cree que Dios conozca lo que hay en su corazón; tampoco se preocupa, este individuo, por su futuro calamitoso. El hipócrita que engaña a los hombres, ignora del engaño que se hace a sí mismo; esta falsa seguridad es su desgracia.
Pero, volviendo al título ¿Qué es una actitud interna? La actitud es lo que nosotros no manejamos, es lo que somos en verdad, es la reacción inconsciente que nos brota en una situación, es algo espontáneo, es lo que sale sin esfuerzo ni control. La única forma de cambiar la actitud es por medio del arrepentimiento cuando reconocemos nuestra mala actitud. Lamentablemente la mayoría de las personas optan por la hipocresía, este barniz inútil de apariencia, así no puede haber verdaderos cambios en la persona. Los fariseos del tiempo de Jesús son los implacables representantes de la hipocresía, todo lo hacían para ser vistos por los hombres. Pero ignoraban que Dios conocía sus actitudes internas que siempre eran incoherentes con sus apariencias. Y por esa causa Jesús les dijo: Los cobradores de impuestos y las prostitutas van delante de ustedes al reino de los cielos. No es necesario caer en semejante error. Podemos arrepentirnos de lo que somos y pedirle a Dios que nos cambie, y bien podemos dejar de preocuparnos por las apariencias sin valor.





Tony López

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